¡A experimentar! (1)


 Con mis compañeros nos juntamos para definir bien nuestros partidos conceptuales. Luego de conversa un poco, y de ver con las referencias que había en el Mural, llegamos a la conclusión de que queríamos que sea “Mágico”. Pero, ¿qué es mágico para la gente? Coincidimos en que lo mágico es algo subjetivo, para cada uno debe ser distinta la magia por lo que, (de nuevo con las referencias) vimos el patrón de que las personas consideraban mágico a algo que iba por si solo, que ellos casi no debían tocar. A causa de esto, decidimos que nuestro objeto toca poca interrupción de la persona. Y, para nuestro partido, decidimos que sea de color negro para transmitir lo mágico y, tal vez, un poco de misterio. 

Luego, en parte más individual, durante la semana estuve fabricando objetos para ver si volaban. Decidí enfocarme en qué puede volar y después ver más adelante cómo transmitir esa Magia y ocuparme sobre el color. 

El primer prototipo que realice fue la figura 1 (una caja con papel), por desgracia no cumplió con el objetivo de poder volar así que la deje de lado y pensé en otra forma de que pueda volar. Se me vino a la mente los paracaídas y dejé de lado el uso del papel manteca (el usado en la primera figura) porque sentia que no tenia la fluidez que buscaba. En la figura 2 se ve que pegué cuatro palos de broche en los laterales de la servilletas y junté sus puntas, antes de armarlo por completo, decidí probarlo con la pelota y ver si volaba. ¡Y así fue! No caía de manera tosca, pero aun faltaba encontrar la forma de que caiga parado y la pelota no se salga.


Como la servilleta me proporcionaba la fluidez que quería, decidí entonces acoplarla al primer prototipo (imagen 3) pero, tal como paso antes, era pesado. Así que descarté el uso de una base de madera amplia. Después de esto, agarré otra servilleta y realicé el paracaídas pegando los palos en las esquinas, pero esta vez le hice una pequeña caja de papel para que no haya tanto peso. El vuelo era bueno, pero la base no tenía el peso ideal, intenté con algo más pesado que la pelota de ping pong, pero el resultado fue que los palos perforaban la servilleta por el impacto. (imagen 4)



Decidi seguir con el modelo 4, le alargué los palos para que haya más espacio y ver si agarraba más aire al caer (cosa que sucedió) y también le agregué una base liviana de madera (figura 5). El resultado fue bien, caía perfecto, volaba y aguantaba la distancia requerida; lo malo: la pelota no se quedaba ahí. Luego pense, ¿la servilleta se expande lo suficiente para acaparar el aire que requiere?. Entonces, agarré una bolsa de basura, la corté, e hice el paracaídas con eso: ¡el resultado fue positivo! La pelota se quedaba en su lugar (figura 6). Me di cuenta que, además de tener espacio con la base, la bolsa debía ser "grande" para tener el aire necesario y volar adecuadamente. 

 

De forma insistente, probé lo de la bolsa de basura con la primer caja de madera que hice. ¡Esta vez volaba más! Pero seguía siendo tosco y, al caer de tan lejos, la base se rompía en algunas partes (figura 7). Seguí con la idea de la bolsa de basura, pero decidí probar con un pequeño vaso de plástico. Primero lo probé sin el CD que aparece en la imagen (figura 8) pero al caer la pelota revotaba y se salía, así que le puse el CD para ver si no hacia un efecto revote y evitaba que saliera del vaso. Resultado: algunas veces funcionaba, otras no :( y la base pesaba mucho, por lo que no era fluido.



En un momento sentí que mi cabeza estaba saturada de ver bolsas, pegamento, plástico y madera, así que decidí que seguiría otro día. Ya por la noche, conversando con la almohada, se me vinieron otras ideas que llevaría a cabo al otro día. 

En mi mente me acordé de los tubos de madera de las servilletas de cocina y de los papeles higiénicos. ¿Y si hago un tubo? ¿Pero como podía hacer volar? ¿Cómo llevaría la pelota? Decidí dejarme llevar, encontré pedazos viejos de cartón y busqué una abrochadora. Comencé a hacer circulos en el cartón, tomé una tapa de telgopor que vi el otro día a la noche y averigüé que volaba muy bien. Hice los circulos, le puse los palos de broche y los encastré en la tapa de telgopor. Lo quedé viendo y me di cuenta que podía agregarle aquella idea del tubo. Tomé el papel que habia usado en otros prototipos y realicé el tubo con el radio de la pelota de ping pong. Lo uní a los dos "platos", abriendo en el medio uno de ellos: un extremo quedaría abierto y otro cerrado ¿la idea?: la pelota quedaría en el medio y no se saldría. Por último, agregué el famoso paracaídas de basura y fui lo más alto posible para ver si funcionaba ¡Así fue! Me sentí muy feliz, fue el modelo que más me gustó (figura 9).


Aunque ya estaba más contenta con mi idea del paracaídas y el darle otra forma, decidí probar otras cosas. Spoiler: no me agradaron para nada. Una de ellas fue hacer una hélice de papel con una caja: 1) la caja era muy pesada, 2) la hélice no se movía como esperaba; así que lo descarté (figura 10). La otra fue un tubo de cartón con una pequeña puerta y una especie de rueda, que habia visto en un video de referencia, que puse a ambos lados. Al lanzarlo no alcanzaba los 3 metros y habia que darle mucha fuerza. ( no hay foto).

Por último, agarré otro vaso plástico, le pegué dos palos a los costados y le agregué dos pequeños paracaídas hechos de servilletas. Pudo volar los 3 metros y salir ileso pero al caer la pelota revotaba y salía del objeto (figura 11).



---------------------------------

¡Llegamos al final de esta primera producción! El prototipo que para mi cumple con los conceptos que nos pusimos como grupo es del tubo con el paracaídas. Siento que tiene la poca interrupción: la persona solo tiene que lanzarlo desde arriba. Y que se podría lograr esa "magia" si cambio el tubo de papel por un material transparente, ¿La pelota luciría como si estuviera levitando? Tengo decidido en probarlo para una próxima instancia. Espero tener resultados positivos, pero eso lo veremos a futuro. Por último, sé que no cumple con el concepto del negro pero siento que es algo que que debería preocuparme luego de saber si el objeto puede volar, resiste y cumple con lo mágico. Para la próxima, pintaré todo el prototipo del color para ver cómo queda (y lo haré más delicado, los ganchos no me agradan mucho). 

Solo puedo decir que estoy muy emocionada por ver las ideas que saldrán en los próximos días. Y, escribiendo esto, me sorprende como empezó la idea (de una caja de madera dura y tosca) a cómo ha llegado hasta ahora: un tubo con circunferencias y paracaídas, que tiene una pelota en el medio.




-------------------------------------------------

¡Nos leemos la próxima!







Comentarios